Una historia intensa que con pocas palabras de su protagonista, hará que la platea se sienta atrapada en su relato.
Este es un thriller centrado en las vicisitudes que debe pasar un soldado talibán Mohammed (Vincent Gallo) este ataca a tres americanos con un misil y es capturado, luego interrogado y trasladado en un camión. En el camino sufre un accidente: cae en la nieve al mejor estilo del film “El Fugitivo-1993”donde este inicia la huida, su única esperanza es escapar de sus captores y comenzar una lucha por la supervivencia.
El relato nos va introduciendo a todas las peripecias, desventuras e infortunios que debe vivir este talibán que es perseguido sin cesar por soldados y perros, la búsqueda es intensa, también sufre el ataque de lobos hambrientos, cae en una trampa y unos de sus pies queda mal herido, entre otros hechos, tan efectivo es el movimiento de la cámara y su relato, que va inquietando en cada momento al espectador, y cada situación logra impactarlo y lo hace formar parte de su desgracia.
Esa la lucha de un hombre por vivir que va ingiriendo todo lo que encuentra a su alcance, se encuentra en un enorme bosque con poca población a su alrededor, bajo un clima inhóspito mucha nieve y frío, llevado por el hambre, come la corteza de los árboles, hasta unas moras que le dan alucinaciones y en un momento crucial solo con la necesidad de alimentarse, succiona uno de los pechos de una madre cuando esta amamantando a su bebé y entre tantos obstáculos se topa con un sordomuda (Emmanuelle Seigner) quien tal vez sea la única ayuda que encuentre.
La historia es simple pero tiene una gran tensión dramática, se van creando diferentes climas y el espectador capta cada secuencia y sus diferentes planos, contiene una gran solvencia en sus imágenes y música, es convincente la actuación de Vincent Gallo, y en su narración hay poco diálogo pero las vicisitudes lo hacen por si solas.