“Es una película terrible, es mucho más que mala y le pido a los seguidores de mis filmes que traten de evitarla”.
Palabras textuales del Gran Larry Cohen, productor ejecutivo de este estreno en una entrevista que dio sobre este film antes que se editara en dvd en los Estados Unidos.
No hay mucho más para agregar. Las palabras de Larry son contundentes.
Cohen es uno de los grandes maestros del cine clase B y a lo largo de su carrera fue responsable de filmes sumamente bizarros como la trilogía de Maniac Cop, que dirigió William Lustig y clásicos memorables del Blaxploitation como Black Caesar y Hell up in Harlem.
Está vivo es su gran obra dentro del cine de terror que fue un suceso espectacular en 1974.
Puede encontrar más información sobre ese clásico en el link.
Larry escribió un guión donde adaptó esta historia en la actualidad con un nuevo enfoque que fue rechazado por el director alemán Joseph Rusnack, quien desde hace años realiza fiascos hollywoodenses que se estrenan directamente en los videos clubes.
En este caso cambiaron el escenario de la historia de Nueva York a Nueva México que en realidad es Bulgaria.
La historia del bebé mutante que devora gente era muy divertida y no en vano se hicieron varias secuelas del film original, pero acá se la ingeniaron con una incapacidad admirable para hacerla totalmente aburrida.
El director fracasó por completo a la hora de construir el conflicto y crear climas de tensión como había hecho Cohen en el ´74 para presentar una versión más sangrienta que no funciona debido a que los efectos visuales son truchísimos.
Es ridículo creer que los ataques del bébé son impactantes.
Los actores son terribles y el trabajo que hicieron con los efectos digitales para crear al bebé mutante, que se ve por unos segundos al final, es patético. Le pusieron más garras y colmillos al pedo.
Parece más una mala imitación de Critters que otra cosa.
Argentina es uno de los pocos países en el mundo donde esta bazofia consiguió llegar a las salas de cine. A veces las películas malas resultan mucho más desopilantes que las comedias que se proponen hacer reír al espectador, pero acá no hay ninguna diversión.
Sólo una perdida de tiempo.
Sí, Larry Cohen tiene razón. La película es terrible y la mejor recomendación que se puede hacer es que la eviten.