Una forma discutible de obtener dinero
“Estafadoras de Wall Street” (Hustlers, 2019) es una comedia dramática y policial dirigida, escrita y co-producida por Lorene Scafaria. Inspirada en un artículo viral del New York Magazine titulado “The Hustlers at Scores”, redactado por Jessica Pressler, la película cuenta en su reparto con Constance Wu (Locamente millonarios), Jennifer Lopez, Lili Reinhart (Riverdale), Keke Palmer, Julia Stiles (10 cosas que odio de ti), Wai Ching Ho, Madeline Brewer (The handmaid’s tale), Emma Batiz, Lizzo, Cardi B, entre otros. Tuvo su premiere mundial en el Festival Internacional de Cine de Toronto.
En el año 2007, Dorothy (Constance Wu) trabaja en Moves, un club de stripers neoyorquino. Al ver la presentación de baile de la veterana Ramona Vega (Jennifer Lopez), Dorothy queda muy impresionada por sus movimientos y la confianza en sí misma, por lo que decide hacerse su amiga. Aliadas, las dos comienzan a ganar mucho dinero bailando juntas para los empresarios. Sin embargo, la crisis financiera de 2008 genera que la situación en el club cambie. Separada de su novio y madre de la pequeña Lily, Dorothy está sola de nuevo y necesita rebuscárselas para subsistir. Al volver a reunirse con Ramona, ésta tiene un plan brillante: coquetear con hombres ricos en bares, emborracharlos, drogarlos y sacarles la tarjeta de crédito. A pesar de saber que no está haciendo lo correcto, Dorothy se une al grupo integrado por Annabelle (Lili Reinhart), joven a la que sus padres la echaron de casa al enterarse cuál era su empleo, y Mercedes (Keke Palmer), la cual tiene a su pareja en prisión. Lideradas por Ramona, las mujeres gozarán de una economía fructífera por bastante tiempo, un panorama tan bueno que se volverá desalentador de la noche a la mañana por un mínimo error.
Con un ritmo trepidante y una historia muy atractiva teniendo en cuenta que está inspirada en hechos reales, la directora Scafaria sorprende dándonos una película sólida que no se priva de nada durante las escenas dentro del club de stripers. Visto desde el punto de vista de la mujer que, por cierto, es una gran elección, el filme consigue que sigamos con entusiasmo las vidas de este grupo de amigas que solo desean tener el dinero suficiente para darles un buen futuro a sus hijas o poder mantenerse por sí mismas. A pesar de que sabemos que su método para tener un buen poder adquisitivo es sumamente erróneo (utilizan una droga que genera pérdida de memoria), las víctimas nunca nos llegan a dar pena ni lástima, por lo que la cinta se vuelve muy entretenida.
En cuanto a las actuaciones, Jennifer Lopez brilla en cada momento que está en pantalla. Su papel requería de un gran entrenamiento físico y la actriz dio todo de sí para componerlo. Sin siquiera hablar en su primera escena, Ramona Vega ya impone respeto solo con su presencia. Por otro lado, Constance Wu, verdadera protagonista del filme, también hace un buen trabajo en la piel de Dorothy, una mujer que necesita dinero porque se preocupa por el bienestar de su abuela. Es a través de ella, que está siendo entrevistada por la periodista Elizabeth (Julia Stiles), que conoceremos cómo se fueron dando los hechos.
Por otro lado, la música tiene un rol fundamental dentro de la producción. Cada canción encaja de forma perfecta con lo que está pasando en la escena, no solo por el sonido sino también por la letra (en especial cuando empieza a escucharse “Royals” de Lorde o “Beautiful Girls” de Sean Kingston). Además, la iluminación, fotografía y vestuarios complementan la atmósfera fiestera dentro del club nocturno.
A pesar de que por la mitad de metraje el filme puede llegar a tornarse repetitivo con respecto a las compras de ropa y accesorios que pueden permitirse estas mujeres o la estrategia de engañar a diferentes empresarios, “Estafadoras de Wall Street” engancha, divierte y tiene más que suficientes aciertos para ser disfrutada en la pantalla grande. Después de las fallidas “Cercana obsesión” (The boy next door, 2015) y “Jefa por accidente” (Second act, 2018), es un deleite ver a Jennifer Lopez en un papel que le calza como anillo al dedo, con una directora que sí la toma en serio.