Luego de muchos años, Robert De Niro vuelve a brillar en un rol dramático interpretando a un padre exigente que intenta reencontrarse con sus hijos.
De Niro es uno de los mejores actores de la historia y a esta altura no necesita demostrar nada, pero en los últimos 15 años parecía estar cansado de su profesión, eligiendo papeles por el solo hecho de trabajar.
Sus películas en estos años fueron en su mayoría olvidables ("Righteous Kill", "Hide and Seek", "Meet the Fockers", "Godsend", "Showtime", por solo nombrar algunas de las ultimas), y si bien tuvo algunos trabajos rescatables ("Analyze This", "The Score", "15 Minutes", "Wag the Dog", "Heat"), ninguno de estos lo mostraban como en su mejor época entre 1970-1990.
El nuevo trabajo del director Kirk Jones ("Waking Ned Devine") es una remake del film italiano de 1990, "Stanno Tutti Bene", en donde De Niro interpreta el personaje que antes realizó Marcello Mastroianni.
De Niro es Frank Goode, un hombre viudo a quien le cuesta conectar con su familia tras la muerte de su esposa.
Cuando sus hijos cancelan a ultimo momento una esperada reunión familiar, Frank decide encarar un viaje y sorprender a cada uno de ellos.
Frank siempre ha sido exigente y a medida que va reencontrándose con sus tres hijos descubre que no se muestran como realmente son.
A pesar de no haber un gran desarrollo de personajes sobre los hijos, se nota que cada uno tiene sus problemas y los ocultan al padre.
Drew Barrymore, Kate Beckinsale y Sam Rockwell cumplen bien los roles de los hijos.
La primer hora y cuarto de película es muy buena, mostrando el viaje de Frank vía tren o colectivo por distintas ciudades, las situaciones que vive (sus charlas con desconocidos, las fotos que saca, el problema con su medicación) y los encuentros con sus tres hijos.
El director utiliza "flashbacks" cuando el padre recuerda momentos con sus hijos aun chicos. Esto lleva a una linda escena de un almuerzo familiar.
La ultima parte se pone mas sentimental, con algunos momentos tristes.
El film incluye un buen tema compuesto por Paul McCartney para cerrar una linda pelicula sobre relaciones familiares.