TODO VALE
Loca, desatada, plena de ocurrencias y desbordes, esta comedia apocalíptica es una invitación para que una docena de famosos hagan lo que quieran. Hay algunos gags logrados, pero todo es tan zarpado, tan desbocado, tan desparejo y disparatado que el resultado final no va más allá de la fiestita alocada. Es otro producto de la nueva comedia costumbrista norteamericana, una vulgar manera de explorar todos los excesos. La fiesta se arma en una vieja casona de Hollywood. Adentro, reina el desenfreno. Y afuera, un fenómeno extraño, está destruyendo todo. Más allá de algunos guiños (que no suman), de chistes autorreferenciales y locuras de entrecasa, cuesta reírse con esta parodia pasada de rosca que desafía todos los excesos. Por supuesto, tiene buenos momentos, buenos actores y buenas réplicas, pero eso no alcanza.