Los 40-45 minutos más divertidos en mucho tiempo en una comedia cinematográfica se van desintegrando de a poco en ESTE ES EL FIN, mezcla de home-movie y saga apocalíptica en la cual un grupo de actores hacen de sí mismos en una fiesta hollywoodense que es sorprendida… por la llegada del Apocalípsis. Y es, en cierto modo, la llegada del Fin del Mundo la que empieza a minar lo conseguido por la película hasta el momento, de la misma manera en la que esa fiesta deja de ser divertida cuando aparecen temblores y luces que bajan del cielo aniquilando todo.
La premisa es atrapante de entrada, ya que todos los actores interpretan versiones de sí mismos en el filme y eso genera una curiosidad extra que le da un guiño permanente a la historia. Seth Rogen (codirector) va al aeropuerto de Los Angeles a buscar a Jay Baruchel, que es un actor algo menos conocido y amigo de Seth de la juventud. Jay odia L.A. y a las celebridades de moda que ahora son los amigos de Seth, pero Rogen lo convence de ir a una fiesta en la casa de James Franco, asegurándole que son buena gente y que la van a pasar bien.
thisistheend1El reencuentro de los amigos y la llegada al palacete de Franco resultan graciosísimas, con todos los “nuevos amigos” de Seth siendo excesivamente amables con Jay. Está Jonah Hill -exagerando su buena onda-, el propio Franco -burlándose de su imagen de artista todoterreno-, el comediante negro Craig Robinson y, en roles menores pero con grandes momentos, Danny McBride, Michael Cera, Emma Watson, Rihanna, Christopher Mintz-Plasse, Aziz Ansari y muchos otros. Pero Jay sigue sin sentirse a gusto.
En medio de la cada vez más desestructurada fiesta tiene lugar lo que parece ser un violento terremoto que se lleva puestos de la manera más cruenta imaginable (especialmente con Michael Cera) a casi todas las celebridades. Baruchel, Rogen, Franco, Hill y Robinson logran sobrevivir dentro de la muy fortificada casa de Franco, pero pronto allí se darán cuenta que no tienen muchos víveres para sobrevivir y que el terremoto no es tal: se trata del Apocalípsis hecho y derecho. Y habrá que luchar contra eso también.
Seth Rogen;James FrancoEsa primera parte en la que las jóvenes estrellas de la comedia americana se burlan de sí mismos y sus hábitos, tics y personalidad pública es lo mejor del filme, siempre desde la perspectiva un poco desconfiada de Baruchel, al que no le cae nada bien el modo de vida hollywoodense. Con la llegada del caos, empiezan a aparecer las miserias de las estrellas, enfrentándose entre sí por agua, comida o por una revista porno para poder masturbarse.
Pero cuando el caos se desata los momentos cómicos van cediendo a una suerte de parodia de una película catástrofe que se hace excesivamente larga y algo tediosa. Son siempre los momentos más zarpados (un debate sobre masturbarse con revistas ajenas o una confusa discusión sexual sobre Emma Watson) los que más rinden, por más que el humor siempre apunte para el mismo lado tirando a adolescente.
thisistheend2Como autocrítica de la banalidad, el egocentrismo y la falta de solidaridad de estas “insalvables” divas modernas y cool del Hollywood actual, ESTE ES EL FIN logra ser muy ácida, con diálogos que parecen en muchos casos improvisados por un grupo de actores que la debe haber pasado muy bien filmando. Rogen y Evan Goldberg, los directores de la película, figuran como guionistas, pero da la impresión que lo que hicieron fue plantear los lineamientos de la historia y luego ir dando rienda suelta a la capacidad para la comedia de cada uno de los actores.
En cierto sentido, ESTE ES EL FIN se ve como un sketch de un programa cómico televisivo tipo SATURDAY NIGHT LIVE que dura mucho, muchísimo más de lo necesario. Algo similar pasaba con PINEAPPLE EXPRESS, la película de 2008 en la que actúa casi todo este grupo (una comedia stoner que protagonizaron Franco y Rogen), que partía de una premisa hilarante pero no podía evitar volverse reiterativa. Es una lástima que no se parezca más a la otra película en la que participaron casi todos ellos, SUPERCOOL, que lograba transformar una premisa ingeniosa en una notable comedia generacional.
Lo que queda, finalmente, es un chiste interno gracioso que parece hecho por un grupo de amigos fumados, de esos que no logran darse cuenta que sólo ellos se siguen riendo de los chistes y que todos los demás están desesperados por irse a comer algo.