Un día cualquiera te regalan una cámara. Y empiezas a filmar tus propios cortos en compañía de tus amigos y con los pocos recursos a tu alcance. Posteriormente, te haces famoso, tus amigos también son famosos y obtienes el suficiente dinero para hacer de tus ideas retorcidas y de esos videos que guardaste hace mucho tiempo, una película decente, con los suficientes nombres en cartel para atraer la atención.
James Franco, Emma Watson, Michael Cera, Rihanna, Jonah Hill (el de Moneyball) son algunos de los nombres que aparecen, aunque sea por cinco minutos mientras se acaba el mundo. Y es que, en una fiesta en casa de James Franco, de repente, el mundo comienza a terminarse. Inicia el apocalipsis, y deben sobrevivir adentro de la casa, con sus propios demonios.
Digamos que lo más gracioso de la película, es ver a los actores autoparodiándose a sí mismos y haciéndose burla ellos mismos. Si tienen TV por cable, hace poco nació un concepto llamado "Roast" en el que un grupo de artistas es invitado para humillar a uno específico. Hace poco hicieron el Roast de James Franco y podemos decir que básicamente hicieron los mismos chistes. Después entramos a lo vulgar del humor norteamericano con chistes de sexo, mariguana y cosas sin sentido, que al menos en lo personal, nunca me han gustado.
Se guardan los efectos especiales para el final (muy bien logrado) y con un número musical genial (al menos para los que nacimos en los 90). Se agradece que la química en pantalla sea natural y no forzada, pero lo malo es que pudieron haber logrado mucha más comicidad. La mayoría de los chistes son gastados en los
avances que ya habían inundado la red, y en general la película pasa a ser un producto mediocre, que nació de un cortometraje casero, y que ahora que se convirtió en película con la colaboración de los amigos de Seth Rogen (guionista, productor, actor y director) pero que dista mucho de ser un producto disfrutable a menos que sean fans de alguno de los artistas arriba mencionados.