Esa rubia debilidad
Dos agentes de la CIA se enamoran de la misma mujer.
Hay mucho del cine que Hollywood producía por los años ‘70 en ¡Esto es guerra! Combinación de comedia y acción, con dos galanes detrás de la chica, confusiones y engaños propios de las obras teatrales en las que los personajes entran y salen por distintas puertas al escenario, es una película sin otra pretensión que la de divertir, una buena excusa como para salir, compartir un buen momento y listo.Claro que los tiempos han pasado, y lo que hubiera sido una película apta para todo público para llevar a los chicos, hoy tiene unos gags más subidos de tono y un toque sexual como para que los chicos hagan preguntas inconvenientes.Dos amigos, agentes de la CIA, terminan “castigados”, alejados de la escena de acción y confinados a dos escritorios cuando debían apresar a dos hermanos en una fiesta en Hong Kong, uno muere al caer desde un alto edificio y el otro juramenta venganza. Claro, ellos no lo saben.Y da la casualidad que cuando Tuck (Tom Hardy, el próximo villano de Batman) conoce vía un sitio de citas a Lauren (Reese Witherspoon), su amigo FDR (Chris Pine) se la cruza en un ¡videoclub! (esto es para los que piratean las películas), sin saber que es la mujer por la que Tuck ha quedado perdidamente enamorado.Y cuando cada uno descubra que la chica que quiere conquistar está en la mira del otro, tras elegantemente decidir hacerse a un costado, terminarán entablando una guerra sin cuartel, estableciendo reglas. la primera: no tendrán sexo con Lauren...Witherspoon, la actriz de Legalmente rubia , muestra todos los dientes blancos de su boca tamaño buzón y sus morisquetas. Mucho más compenetrados, si cabe el término, están Hardy -un primo lejano de Daniel Craig-, que no es lo que se dice un comediante nato, pero sí un actor visceral, al que el papel por momentos pareciera quedarle chico, y Pine, en el rol del egocéntrico.Pero la cuestión no pasa por saber quién se queda con la chica, o mejor, a quién elige la chica, ya que sale con los dos. El director McG -el mismo de las dos Los ángeles de Charlie - sabe cómo sazonar la acción en la comedia y la comicidad en las escenas de tiros. O sea: está todo bien cocinado para comer rapidito, sin tener que eructar, pero tampoco como para repetir.