El padre de la democracia
Sergio Wolf entra de lleno en terreno político con Esto no es un golpe (2018), documental que narra la crónica de los acontecimientos ligados al conflicto del Gobierno de Raúl Alfonsín con los carapintadas liderados por Aldo Rico que puso en vilo la joven democracia. El trabajo es un homenaje a la figura del presidente radical.
En la Semana Santa de 1987, se produjo un acontecimiento insólito para la democracia Argentina. La toma de la escuela de infantería por un ala rebelde del ejército argentino comandado por el líder carapintada Aldo Rico. Los días de tensión fueron creciendo en Argentina hasta el domingo de Pascuas donde culminó el conflicto con el famoso “La casa está en orden”.
El director de Yo no sé qué me han hecho tus ojos (2003) asocia los acontecimientos al juicio a las juntas militares que Alfonsín lleva adelante en su gobierno, con la cercanía al golpe militar. El malestar entre las fuerzas armadas y el gobierno radical, está latente, la inminencia de un nuevo golpe era posible. De manera inteligente, Wolf va narrando los hechos cronológicamente a través de entrevistados de ambos lados del conflicto, generando un clima de suspenso acorde a sus documentales anteriores.
Entre los entrevistados desfilan desde Leopoldo Moreau, integrante del gobierno de Alfonsín por aquel entonces, hasta el mismo Aldo Rico, mostrándose prepotente ante cada pregunta que lo interpela. Es un logro de este trabajo abrir el abanico a uno y otro lado del conflicto, para escuchar los motivos de boca de los protagonistas.
De cualquier modo, Wolf no reconstruye el hecho de manera objetiva. Hay una clara toma de posición suya hacia el gobierno de Alfonsín. Cada vez que el ex presidente da un discurso, su imagen completa la pantalla, siendo la voz del documental. Cada vez que hay una mención al peronismo queda vedada, como si no existiese o no merezca ser puesta en la historia Argentina.
Esta decisión no es para nada oportuna por dos motivos. Primero porque termina haciendo lo mismo que se le criticaba al kirchnerismo: adjudicarse la reescritura de la historia argentina sólo con algunos hechos y prescindiendo de otros. Segundo, porque plantea una peligrosa reelaboración de la historia comenzando con Alfonsín. Como si fuera el principio de algo que está continuando hoy en día, o el parámetro desde dónde construir nuevos mitos.
Dicho esto, Raúl Alfonsín fue uno de los grandes presidentes argentinos. Merece películas que enaltezcan su figura como esta y muchas otras. Eso es indiscutible. Lo criticable son los modos y los porqué de esa valoración apresurada y enmarcada en una tendenciosa línea de tiempo.