Mangui Fi (Estoy acá), el pie acá, el corazón allá
por Celina Demarchi
Dos jóvenes senegaleses que emigran, los deseos, las ilusiones, la lucha cotidiana por la supervivencia y el desasosiego del desarraigo. Historia de una amistad.
En los últimos años muchos senegaleses se han establecido en Argentina. Poco sabemos de las razones que los trajeron y de cómo viven aquí. El cine hoy se ocupa de dilucidar algo de aquello que los movió a tomar esta decisión.
Juan Manuel Bramuglia y Esteban Tabacznik revelan, a través del documental Mangui Fi (Estoy acá), la vida de los inmigrantes senegaleses. La ciudad es el escenario y la cámara, silenciosa y discreta, acompaña a Ababacar y Mbaye en su recorrido por las calles y plazas. Estados Unidos y Europa cierran sus fronteras entonces ellos llegan a Buenos Aires en distintos momentos y se hacen amigos aquí. La cámara viaja con ellos retratando sus conversaciones que giran en torno a la familia, el destierro, las dificultades para adaptarse a una cultura que muchas veces es hostil, el incierto futuro y las ganas de volver.
Ababacar y Mbaye son personajes contrapuestos y en eso radica la riqueza del film. Uno ya tiene un trabajo como traductor y colabora con los senegaleses que llegan y el otro es un vendedor ambulante. Uno que siempre trata de tener una mirada optimista y el otro que no logra adaptarse a una ciudad reacia a los inmigrantes africanos.
Los avatares económicos y la devaluación del peso que los afecta directamente ya que tienen que mandar dinero a sus familias, el racismo, la persecución policial que, bajo el gobierno de Macri, entra directamente en sus casas , los esposa, se lleva el dinero, la mercadería, los celulares y hasta la ropa.
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Los directores entrelazan la historia yendo y viniendo de Senegal a Buenos Aires, mostrando la vida en el país africano, las casas, las ceremonias religiosas, cómo comparten la comida y la manera en que se relacionan y la vida que llevan acá.
Con sensibilidad y respeto, estos directores se sumergen en el mundo senegalés centrándose en la relación de estos dos hombres que, a fuerza de conversar e intercambiar ideas y sentimientos, forjan una amistad.
El camino será diferente: uno desea quedarse y el otro prefiere buscar otros caminos.
A través de este documental narrativo al estilo de La Bete lumineuse del franco canadiense Pierre Perrault o El Impenetrable, los documentalistas dan un testimonio vívido y sensible que nos acerca al corazón senegalés.