Como pocas veces el título de la película hace honor a la cinta. Pero no de forma positiva. “Eternals” es un film eterno. Más de dos horas y media de nada.
No basta con los efectos especiales (que dicho sea de paso no terminan de encajar). Las escenas de acción están saturadas. Nunca se termina de comprender las habilidades de los personajes y si se complementan o no.
Sin embargo, el problema principal del largometraje es que lo que nos intenta contar no es creíble.
Claro, un universo de superhéroes también debe ser creíble. Porque una historia siempre necesita verosimilitud.
Y en Eternals nos encontramos con dos grandes inconvenientes que atentan contra esto.
Por un lado el guión es pobre, la narración repetitiva, con diálogos complejos que intentan parecer profundos y solo confunden.
Por otro, las actuaciones. Un elenco plagado de nombres conocidos (Salma Hayek, Angelina Jolie, Kit Harington, Richard Madden entre otros) no garantiza buenas actuaciones. Y en este film ocurre que todo parece forzado. La química entre los personajes definitivamente no fluye.
Floja por donde se la mire.