Esperado estreno de la Fase 4 de Marvel, con una directora indie, Chloé Zhao, fundando un nuevo mundo cinematográfico para este grupete de casi inmortales que deben proteger al planeta Tierra de criaturas algo hostiles. Para conocer la historia de los Eternals, la cinta no ahorra en explicaciones, nos remontaremos a la creación de nuestro planeta, a ese ciclo eterno de destrucción y refundación.
Es así que aparecen los Celestiales, una raza alienígena que mientras realiza estudios y experimentos, crea a los Eternos y los Deviantes. Los primeros muy similares en apariencia y costumbres, al ser humano; y los segundos con aspecto y hábitos de animales salvajes. Además de créalos los enfrenta, porque la misión en la Tierra de lo Eternos, será proteger a los seres humanos de los Deviantes.
Si, una historia con toda la épica, con semi dioses que poseen poderes extraordinarios y que lucharán a través de los siglos para seguir el mandato de seres gigantescos que controlan el rumbo de la galaxia entera. El grupete eterno está compuesto por Sersi (Gemma Chan), quién tiene intenciones románticas con Ikaris (Richard Madden). Ajak (Salma Hayek), que es la líder; también está la guerrera Thena (Angelina Jolie), el forzudo Gilgamesh (Ma Dong-seok), Kingo (Kumail Nanjiani), en la actualidad devenido en una estrella de cine indio; el controla mentes Druig (Barry Keoghan), la veloz Makkari (Lauren Ridloff), el genio Phastos (Brian Tyree Henry), y la pequeña Sprite (no, no es una gaseosa, es Lia McHugh).
La película narra un prólogo sobre la gestación de esto seres, y los muestra tanto en sus individualidades como en su funcionamiento grupal. Entre idas y vueltas a través de los siglos, cada quién va delimitando un modo de vida, y con el supuesto exterminio de los Deviantes en la Tierra, ellos solo se abocan a esperar el llamado final para retornar a su hogar. Claro que las cosas se desvirtúan, ocurren hechos inesperados e impactantes, por lo que se tendrán que volver a reunir para hacer frente a la situación.
Eternals hace mucho hincapié en las luchas siderales a la que nos tiene acostumbrados Marvel, con efectos especiales all inclusive, explosiones y gente volando por todos lados (dedicado al fandom). Por otro lado, se indaga sobre la identidad del grupo y sale a relucir lo emocional de cada uno. O sea, más allá de la acción propiamente dicha y el humor (y los easter eggs) que funcionan como catalizador empático con los personajes, hay una búsqueda del tipo existencial por parte de la directora.
Si bien la cinta no es algo excepcional, es divertida, tiene buen ritmo y deja la puerta abierta para seguir descubriendo las aventuras de estos chicos que aún le queda mucho por resolver. Atentos que hay dos escenas post créditos muy reveladoras… y una de ellas (esta es una apreciación muy subjetiva), hace que merezca la pena el inicio de este nuevo cosmos marvelita.