Cuento de amor, locura y muerte
Walter Becker, de amplia experiencia en el videoclip y la publicidad, debuta en el largometraje con un género poco transitado en el cine argentino como es el vinculado a los fenómenos metafísicos.
Narrado en dos tiempos. Entre el 2002 y la actualidad, Eterno paraíso (2018) bucea en la historia de amor entre Pablo (Matías Mayer) y Esperanza (María Abadi), dos seres destinados a pasar la vida juntos. Pero la muerte acecha a Pablo. Primero la de su padre y más tarde la de Esperanza. La historia conecta ambas perdidas para ahondar en cuestiones metafísicas relacionadas con la continuidad de la vida en un plano superior al que conocemos.
Becker construye un melodrama asociado a la ciencia ficción a través de la existencia de mundos paralelos lo que implica todo un riesgo tanto narrativa como estéticamente, apostando a una puesta en escena sobria, sin grandes ambiciones -que termina jugándole en contra- y dejando que sea el espectador el encargado de dictaminar si lo que ve es producto de la realidad o la locura de un personaje obsesionado por el amor de alguien que ya no es parte de la vida tal como la conocemos.
Con sólidas actuaciones de María Abadi, Matías Mayer y Guillermo Pfening, Eterno paraíso peca de austeridad, con momentos que remiten a un cine añejo, aunque arriesgado más en el contenido que en la forma.