DE TERROR
Hay que hacer una salvedad inicial: el film no es ni quiere ser una fiel reconstrucción de los hechos que narra. No es un documento ni tampoco una ficción que busque recrearlo. Tiene los trazos oscuros de una pesadilla, queriendo copiar quizá el trágico deambular de ese cuerpo que cuanto más lejos se iba más cerca lo sentían. Y Agüero ha querido invocar al cine de terror para contar esta historia tan llena de claroscuros, tenebrosos y morbo. Tiene una estructura cerrada, claustrofóbica y sólo sale a exteriores para traernos documentos de época que pasan a ser justamente los momento más vívidos de un film frío, declamatorio, solemne, que ha buscado entrarle a la historia desde sus costados menos reales, pero que acaba siendo una experiencia fallida, enfática, pesada, con diálogos chatos, un film cuya espesura no logra sensibilizar. Las actuaciones se han contagiado de ese tono ampuloso y artificioso. Ningún personaje es convincente, ninguna escena conmueve. Su énfasis y sus poses dejan afuera los rasgos salientes de una mujer incomparable que, como dice el film, generó grandes odios y grandes amores.