Sabrina Farji, directora de Cuando Ella Saltó y también guionista de Felicitas, cuenta en Eva y Lola la historia de dos amigas bien diferentes entre sí, pero con un pasado en común. Ambas son hijas de desaparecidos; Eva lo sabe, vive con un tío sobreviviente de la ESMA, y busca saber más sobre su origen. Lola en cambio, creció en una familia apropiadora y en medio de mentiras. Ambas se esconden en un mundo de fantasías que ellas mismas crearon; pero la verdad no tardará en salir a la luz. Eva lucha por lograr que su amiga asuma su verdadera historia y se haga cargo de su propia identidad.
La felicidad, el amor y el saber quién es cada uno las llevará por un difícil camino, en el que se cruzarán antiguos rencores, sentimientos, reencuentros. A medida que la trama avanza, la directora deja bien claro que el olvido de los años recientes no es una opción, y que reunir nuevamente a los hijos y nietos de los desaparecidos debe estar entre las prioridades de la sociedad argentina.
Tanto Celeste Cid –la Julia de Resistiré- como Emme –que en cine trabajó en El Niño Pez- en su papel de Lola, logran unos personajes tan creíbles como queribles. Eva es una chica sensible pero fuerte a la vez; sabe lo que quiere y no para hasta lograrlo. Lola también es susceptible y la verdad la aturde; se siente sola y su amiga es para ella una hermana.
Eva y Lola tiene una estética muy cuidada, especialmente las escenas del circo en donde los personajes principales dejan volar su imaginación y se sumergen en el ensueño. La música que acompaña al film, sobre todo a los números circenses en los que las mismas protagonistas cantan, tienen una fuerza movilizadora.
La historia es buena; sin embargo y sin soslayar su importancia, el tema de los hijos y nietos podría haber sido abordado desde otro punto de vista, más creativo, para evitar caer en una historia más entre tantas.