Hace tiempo que no teníamos una aventura en las alturas. Sin más que algunos exponentes aislados (que uno recuerda sencillamente porque no hay muchos que recordar, como "Riesgo total" o "Límite vertical"), es un género que por lo costoso de su producción, no es de los preferidos para producir en Hollywood. Sin embargo, Working Titles se animó al reto y convocó a un director de no tantos buenos antecentes para llevarla adelante (Baltasar Kormákur) y un cast importante de actores maduros que ostentan buena actualidad.
"Everest" está basada en eventos reales que tuvieron lugar en mayo de 1996 donde varias expediciones intentaron llegar a la cima de la montaña nepalesa y se encontraron en su descenso, con una gran tormenta que se cobró varias víctimas entre los alpinistas. La historia aquí presentada funciona como un prolijo documental (sí, eso se siente) donde los hechos serán descriptos y caracterizados desde una distancia emocional perceptible.
A ver, si, es cierto que en el elenco están Jake Gyllenhaal, Josh Brolin y Jason Clarke como figuras centrales pero eso no garantiza que la tensión dramática alcance niveles de alto voltaje. Hay poca intención por parte del guión de dibujar los personajes y mucha para describir los eventos en una sucesión más bien lógica, aunque no tan bien lograda.
Ya saben, si bien William Nicholson y el gran Simon Beaufoy (ganador de un Oscar por "Slumdog Millionarie") tienen sobrado oficio para escribir libretos, lo cierto es que aquí la abrumadora cantidad de hechos desafortunados (ya sea por las condiciones del tiempo o la impericia humana) define un poco el destino de "Everest": subimos, nos agarra la tormenta y hay que ver como salimos de esta, presenciando como vamos quedando menos en el descenso...
Apoyan desde lejos a los hombres de las expediciones, Emily Watson, Robin Wright y Keira Knightley, tratando de oficiar de conexión de fe para quienes están tratando de volver a casa y no quedarse enterrado en las nieves eternas de la majestuosa montaña. El tema con "Everest" es que nunca termina por definir su línea de abordaje. De a ratos parece un film de aventuras, aunque por ratos, es un drama humano extremo y en algunos pequeños tramos, se permite un suspenso lógico, en situaciones puntales. Todo esto va en detrimento de la sensación física que tiene el espectador: nunca terminamos de acomodarnos en la butaca.
No es que esté mal. Simplemente en lo personal hubiese preferido menos gente para seguir, o directamente otra expedición (porque hubo y muchas luctuosas). Porque parece ser que la intención es mostrar ejemplos de heroísmo en condiciones adversas y revindicar el papel de ciertos líderes. Entonces, ¿para qué tantos personajes que no alcanzan a ser siquiera delineados?
Cuestión de gustos. Desde lo visual y la banda de sonido, todo de primera. Impacta la peli en pantallas como el IMAX y está bien también (se nota la diferencia) la versión en 3D. La espectacularidad está garantizada y el vértigo de algunos segmentos, hacen la película entretenida, más allá del punto de vista que todos podamos tener.