Unas historias atractivas pero desperdiciadas
Al principio de "Exilio de Malvinas" se establece que las autoridades del gobierno colonial de las Islas Malvinas (para los ingleses, Falklands) disponen que ningún habitante de las islas que haya establecido otro domicilio en el continente, es decir en territorio argentino, puede volver a vivir a su tierra natal.
Luego la película cuenta tres historias, todas interesantes, especialmente la de un hombre nacido en Malvinas en el seno de una familia de colonos ingleses del siglo XIX, que ya de joven está convencido de que las Malvinas son parte del territorio argentino, lo que sumado a que trabajaba para una empresa nacional antes de la guerra es considerado un traidor y enviado a la Argentina junto con los últimos heridos del conflicto bélico.
Otra historia es la de un pintor de imágenes de la guerra que no eran bien vistas por los kelpers, y que debió venir a hacer sus muestras a Buenos Aires.
La tercera no es sobre un malvinense sino sobre un científico inglés especializado en pingüinos que, hacia la década de 1990, descubrió que la industria pesquera de las Malvinas había hecho descender la población de estas aves de 6 millones de ejemplares a menos de un millón, lo que le generó todo tipo de censuras y la falta de fondos para sus investigaciones.
Sin fuerza
Las historias son interesantes dado que muestran un lado poco conocido del tema. Y si bien las imágenes acompañan bien desde lo formal, falta un pulso narrativo que le dé mas fuerza al film como tal, sin diferenciarse mucho de un documental televisivo.
Con todo, el interés por el tema puede volver recomendable este documental según los gustos de cada espectador.