La canción sin fin
Son tiempos de menemismo, de felicidad impostada y neoliberalismo. Charly, que “nunca fue a new york ni sabe lo que es Paris”, en pose de vedette, le contará a los espectadores como le gusta ir al shopping center. Minutos más tarde el mismo Charly se desnudará en el plano material y en el simbólico. Hablará de sus límites, de sus caídas, se comparará con John Lennon, sin perder nunca la voz creadora, la pasión necesaria para crear: la canción de esa noche.
Alejandro Chomski Fell the Noise (2007), Dormir al sol (2010) no duda en apelar al recurso cámara casera en baja calidad para recrear la vivencia del proceso creativo que se desarrollará en el estudio de Fitz Roy.
Existir sin vos tema que parece inédito hasta ahora, adquiere materialidad en fragmentos de “Atlantis “dentro del imborrable La hija de la Lágrima. García había elaborado este disco en base al sistema random, sin tener una idea acabada, o teniendo una idea que se iba desmembrando, la misma técnica que utiliza Chomsky al narrar este virtuoso proceso creativo.
Tocar lo que se venía en la mente o tocar de oído son los temas que traspasan este documental, dividido en distintos momentos de esa endiablada noche. Gracias a sus asistentes las ideas se van desplegando en texto, teclados, melodía, coros, sintetizadores, conformando lo que iba a ser uno de los momentos más temerarios y valiosos de Charly García. Acompañado de los míticos e irremplazables María Gabriela Epumer, el Zorrito Quintiero, Fernando Samalea y Alejandro Medina.
Este documental en clave musical, lleva la marca de lo improvisado, abriendo también las puertas para entender la magia creativa. Allí, en la sala palermitana Charly se sacará la ropa, bailará al ritmo de “locomotion” , citará como condiciones de referencia a Nirvana y no dudará en tirarse a la pileta en bicicleta, aunque sus compañeros lo miren desalentados y le pregunten luego si no se ha lastimado. Las heridas poco importan para esta bestia del rock que se las tapará, si es necesario, con cinta aisladora.
Chomski nos permite por 65 minutos sumergirnos en la piel del creador, en la vida privada de uno de los genios del rock nacional e internacional, que hizo lo que siempre quiso y llegó al lugar donde tenía que estar: el de ser él mismo.