Éxodo: la última marea

Crítica de Héctor Hochman - Revista Cartelera

Uno podría pensar esta película, como un rejunte de la regular “Mundo Acuatico” (1995), la muy buena “Mad Max” (1979) y la excelente “Wall-e” (2008).
Y no estaría tan errado, hay mucho de cada una en ellas, ni tampoco supondría ir en desmedro de la calificación, solo como para ir nominando de que va la cinta.
Una co - producción germánico-suiza que se adentra en el genero de ciencia ficción, estableciéndose en un mundo post apocalíptico.
Lo llamativo es que el director Tim Fehlbaum es suizo, uno de sus productores es Roland Emerich, alemán claro, la interprete es francesa, el antagonista principal es escoces, la aliada de la protagonista es danesa, la película esta hablada en ingles, todo concluye en la posibilidad de ser vendida con mayor facilidad.
El filme abre, ahorrando mucho tiempo, narrando voz en off, la debacle producida en la tierra, todo quedo bajo el agua, por lo que tuvo que ser evacuada.
No todos podían viajar al espacio, el destino era Kepler 209, un planeta habitable. Con el tiempo, se dieron cuenta que en ese planeta todos los habitantes se volvían estériles, la raza humana estaba condenada a desaparecer.
Se envió una misión para explorar la tierra y ver la posibilidad de repoblarla, la nave de nombre Ulysses, nunca se reporto. Se la dio por perdida.
Años después se envía una segunda expedición, Ulysses II, tripulada por Blake (Nora Arnezeder) una experta médica hija de uno de los astronautas de la misión original, acompañada por Tucker (Ṣọpẹ Dìrísù) y un tercer tripulante que no sobrevive al aterrizaje.
Son apresados por un grupo de sobrevivientes, Tucker es herido de muerte. Blake se da cuenta que hay niños, uno de ellos Maila (Bella Bading establece relación con ella, Narvick ( Sarah-Sofie Boussnina) su madre se convertirá en la ayudante de Blake, luego que todo el grupo es atacado por otra agrupación con mayor poderío de armamentos.
Comandados por Gibson (Ian Glen) uno de los tripulantes de la primera misión, quien secuestra a la niña, Blake decide ayudar a Narvik a rescatar a su hija, ademas suponiendo que podría avanzar en su investigación.
Si bien todo tiene una sensación de lo ya visto, el filme tiene una impronta propia sostenida por el empoderamiento femenino.
Se establece positivamente, todos los tiempos están regulados por las mareas, que inundan el espacio físico. ¿Metáfora de los ciclos femenino? Me parece que es hilar demasiado fino, pero….
El guionista y director realiza un trabajo cautivador en la construcción del mundo, presentando una versión de la Tierra que está en gran parte sumergida bajo el agua y a merced de las mareas que suben y bajan (de ahí el título original)
Afortunadamente, la estética general utilizada para dramatizar la dura existencia, a menudo empapada, de esta nueva Tierra es visualmente poco glamorosa pero simultáneamente casi dantesca, muy atractiva.
En verdad todo se vuelve demasiado previsible, hasta los giros impuestos, sin embargo a partir de su estructura narrativa y su desarrollo, el filme nunca decae en su atractivo.
Las buenas actuaciones también ayudan en este propósito, lo mismo ocurre con el diseño y la banda de sonido.
Una incursión europea sobre la narrativa y estética post apocalíptica, que se deja ver.