¡Líbranos del Mal!
Las posesiones demoníacas son nuevamente el eje de este film de terror que repite fórmulas a excepción de su atípico desenlace. El Papa Francisco aparece en una imágen documental.
"Vendrá el Anticristo y caminará entre nosotros" anuncia esta película de terror dirigida por Mark Neveldine -responsable, entre otras, de Crank- que trae nuevamente el siempre rentable tema de las posesiones demoníacas, como lo hicieran décadas atrás las recordadas El Exorcista y La profecía.
La eterna lucha entre el Bien y el Mal promete que la maldad vendrá disfrazada de Jesús en este caso que involucra y llama la atención del Vaticano -hasta se puede ver la imágen del Papa Francisco en un documental- cuando las fuerzas demoníacas atacan a Angela Holmes -Olivia Taylor Dudley , de Terror en Chernobyl-, una joven de 27 años que accidentalmente se corta su dedo y acaba en un hospital atendida por la Dra. Richards -Kathleen Robertson-.
La historia incluye al heroico Padre Lozano -el siempre convincente Michael Peña-, enviado desde Roma para librar una batalla feroz contra algo más que el alma de Angela luego de examinar detenidamente los tapes a los que hace referencia el título original. Por la trama también desfilan otro sacerdote que advierte el peligro, jugado por Djimon Hounsou, y un detective -Michael Paré, el de Calles de Fuego-.
Esta novedad llega de la mano de los mismos creadores de El exorcismo de Emily Rose, que sin intenciones de renovar el género tenía más clima y secuencias inquietantes.
Si la tensión se sostiene en algunos momentos es gracias a la protagonista que logra contorsionarse cuando deja escapar la verdadera voz del Diablo o vomtia huevos negros. Y lo que sí se ofrece es un final atípico para este tipo de producciones, entre agua bendita y llamaradas que vienen del infierno. ¡Líbranos del Mal!.