Ni exorcizada ni en el Vaticano
Para un género que hace rato vio pasar su cuarto de hora, llega la película que nadie pidió y pocos verán: Exorcismo en el Vaticano -The Vatican Tapes-. Lejos está del film madre de los exorcismos El Exorcista -1973-, y de lo que puede ser el último gran largometraje demoníaco, El Conjuro -The Conjuring - 2013-.
De maneras muy trilladas –hasta el nombre de la chica principal es Angela- y con una construcción de personajes próxima a cero, se descubre que esta joven -Olivia Taylor Dudley-, tras una mordida de un aleatorio cuervo -muy original el ataque animal…-, comienza un derrotero con pérdidas de conocimiento y actos involuntarios, entre otras cosas.
No sólo la historia es rápida y sacada de un molde pre hecho, sino que además se da el lujo de caer en los pecados más banales del ser humano, como destacar que su padre soltero la concibió junto con una prostituta, en señal de acto demoníaco, claro está. Tras minutos de tensión, su padre y novio deciden llevarla al hospital para que le revisen dicha herida y, debido a la actitud errática, la rubia termina en un psiquiátrico para más observaciones. Varias de estas escenas, lejos del terror, logran buenas risas entre espectadores. Y como no podía faltar, la fórmula tan utilizada de “el religioso habla incoherencias y no le creemos, pero el espectador ya sabe que tiene razón” es otra vez explotada en estos 91 minutos de redundancias.
Tal vez lo único redimible de este film sea Michael Peña, co estrella en la última de Marvel: Ant-Man -2015-, un cura que por esas casualidades de los lugares comunes conoce a la chica en cuestión y se sensibiliza ante su caso y lo toma de manera casi personal. Dentro de lo chato del personaje y baja calidad de diálogos, el estadounidense, hijo de mexicanos, se destaca y muestra, una vez más -como en Ant-Man-, cuán querible puede ser en la pantalla grande.
Sacando de lado lo mala que es la traducción del título original: The Vatican Tapes -Los videos del Vaticano- por Exorcismo en el Vaticano, la película comienza precisamente con un video de la Santa Sede donde muestra al Papa Francisco diciendo “Vendrá el anticristo, caminará entre nosotros. Simulará ser Jesús.”, además de ser un maduro spoiler propio, poca credibilidad gana en Argentina, donde vemos un Papa que habla mucho más sobre temas de urgencias políticas y sociales que espirituales. Además que de poco sirven las grabaciones que contiene el Vaticano y, por lo menos en la versión subtitulada, la parte de exorcismo también brilla por su ausencia.
Como ya repasamos, van 42 años de historia de estas películas, donde además de las ya nombradas, se le suma El Exorcismo de Emily Rose -2005- y El Exorcista: El Comienzo -2004- a la lista de aprobadas. Tal vez sea hora de seguir adelante y dejarlo descansar un poco a Lucifer -aunque sea unas décadas, hasta que los reboots hollywoodenses revivan el género-, para dejar lugar a películas de terror psicológico como por ejemplo Oculus -2013-, que ante su siniestra ambigüedad, el espectador sale con el cerebro lleno de preguntas.