De masacre en masacre
El director de las remakes de La masacre de Texas, Viernes 13 y Conan, el bárbaro rodó un film cuya historia es sólo una excusa para una auténtica carnicería humana.
El lanzamiento de #Exorcismo (¿cuál es el sentido del numeral?) en los cines argentinos es una auténtica rareza: sus antecedentes muestran que se estrenó en casi todo el mundo en formatos hogareños y tuvo ¡tres! nombres en inglés para su distribución internacional. En la pantalla, en cambio, la anomalía no es tal: se trata de otro film de terror plagado de fórmulas y automatismo.
El film del hasta ahora “especialista” en remakes Marcus Nispel -el CV incluye La masacre de Texas (2003), Viernes 13 (2009) y Conan, el bárbaro (2011)- transcurre en una vieja escuela para niños con problemas psicológicos devenida en una suerte de hospital semiabandonado y a cargo de la Iglesia. Allí un grupo de adolescentes organiza una fiesta que, obvio, termina mal.
La traducción local del título original (Exeter) es inexacto. Los jóvenes irán cayendo uno tras otro no en manos del diablo, sino de “ex alumnos” dispuesto a una venganza, excusa perfecta para una carnicería digna de Hostel, una dosis mínima de suspenso y algún que otro susto menor.