Exorcismo

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

Los guiños a películas conocidas del género se acumulan en esta película de terror que combina posesiones, tableros ouija, destripe y humor negro. El resultado es desparejo y convencional.

Con las intenciones de reflotar el terror ochentoso y con todos los clichés que el espectador pueda imaginar reaparece el director alemán Marcus Nispel, el mismo que tuvo interesantes resultados de taquilla con las remakes de La masacre de Texas -2003- y Viernes 13 -2009-, y también se paseó por la aventura en Conan. Los refritos de clásicos son sus preferidos. En Exorcismo -The Asylum-, que también circula con otros títulos como Exeter y Backmask, el terror adolescente es el centro de la propuesta y los guiños a películas conocidas del género se pueden encontrar a lo largo de una hora y media. Un viejo asilo donde se realizaban experimentos décadas atrás es el lugar ideal para que un grupo de jóvenes adictos a YouTube llegue para hacer fiestas: el chico inteligente, el escúalido, el gordito con anteojos, el que se pasa con las drogas y las amigas sexys, comenzarán a experimentar que no están solos en el lugar e irán cayendo, uno a uno, como moscas. Claro que hay alguien que filma todo -no podía ser de otra manera- y un alma en pena que deambula por los lúgubres y sucios pasillos del espacio ahora clausurado. Un sacerdote -Stephen Lang- también es de la partida, como así también las posesiones demoníacas, las levitaciones y el tablero ouija. Todo en una misma película que, desde el comienzo, resulta inverosímil cuando los chicos quedan atrapados en el lugar. SiExorcismo tiene algunos momentos rescatables, rápidamente se opacan con el clima juvenil que se torna insoportable, el humor negro que está siempre presente y una -exagerada- mezcla de elementos fantásticos que hubieran alcanzado para hacer varias producciones. A las situaciones forzadas del comienzo -mensajes satánicos grabados en la música-, y a las cintas como testigos del horror y un personaje que asegura "esto es un cliché", se suma un final que explica demasiado, pierde puntos y no pasa de algunos sobresaltos potenciados por la música. Tampoco es cuestión de tomársela demasiado en serio...