Mala, barata y encima aburrida
Se está volviendo difícil escribir una crítica sobre una película de terror. Se está volviendo muy difícil no caer en el lugar común de decir que el 90% de ellas (tal vez más) son una sucesión de lugares comunes, de escenas repetidas, ya vistas no en una, sino en ese 90 por ciento de las películas de terror estrenadas previamente. Se está volviendo difícil y por eso mismo es un desafío. Dentro de esa gran bolsa de productos indefendibles está #Exorcismo, una película cuyo único y modestísimo mérito, si hubiera que esforzarse en encontrar alguno, sería quizá la locación en la que fue filmada, un edificio enorme y abandonado que ofrece una gran variedad de espacios, ideales para dar atmósfera a una película que en principio se propone asustar. En qué medida lo consigue o no, ya es otro tema. Justamente, esa riqueza de espacios hace pensar que este film dirigido por Marcus Nispel cuenta con un presupuesto muy superior al que seguramente tuvo, porque está claro que se trata de una película barata. Es decir: mala y barata.#Exorcismo es un clásico exponente de lo que a esta altura se podría bautizar como “Diabloxploitation”, una más de una lista infinita de títulos que vuelven sobre el tema de las posesiones demoníacas y los exorcismos. Por eso para los seguidores del género de terror no será difícil ir adelantándose a los pasos que la trama vaya dando. Hay un único momento en que parece que el relato se saldrá del molde a través de la comedia, cuando el adolescente grupo de protagonistas intente sacarle el diablo del cuerpo al poseído de turno, siguiendo las instrucciones de una página web que ofrece un tutorial de “Cómo hacer tu propio exorcismo”. Sin embargo, la cosa naufraga enseguida al volverse evidente que el humor es apenas un accidente y que en realidad no está dentro de los planes de Nispel aquello de tomarse las cosas a la ligera, con menos seriedad, algo que habría mejorado (y mucho) el film. Repasando, entonces, ya se ha dicho que #Exorcismo es mala, barata y también aburrida. Y eso ya es imperdonable, porque el cine (y sobre todo el cine de terror) está lleno de ejemplos de películas malas y baratas que son entretenidas de ver. Pero contra el aburrimiento no hay antídotos.