Comedia, descomedia, y Sandra Bullock
Comedia. Política. Estrategia. Sandra Bullock. David Gordon Green. Billy Bob Thornton. La acción transcurre en Bolivia. Uno de los guionistas de Tinker Tailor Soldier Spy. Basada en un documental de 2005. Y no se estrenó en cines en Argentina. Se puede ver en Video On Demand. Es del tipo de películas de adversarios intelectuales en modo comedia que en los ochenta solían estrenarse, y hasta podían ser grandes éxitos, como Peligrosamente juntos (Legal Eagles, de Ivan Reitman) con Robert Redford, Daryl Hannah y Debra Winger.
Experta en crisis (mal título para Our Brand Is Crisis, es decir “Nuestra marca es crisis”) es una película de desafíos profesionales, con chispa, cinismo, y una actriz que cuando recupera el estado de gracia es singular, o mejor dicho única. La carrera de Bullock es uno de los mayores desperdicios actorales del último cuarto de siglo. Su capacidad para la comedia y la acción ha sido sub aprovechada, y cuando brilla como en este caso -o The Heat, Speed, El demoledor, That Thing Called Love y no muchas más- no hay que dejarla pasar.
La película de David Gordon Green (Shotgun Stories, Prince Avalanche y otras) es una sobre el valor de la mentira, de la imagen, de la política entendida como desafío y como capricho. Bullock es Jane, retirada en las montañas -“entre montañas”, aclara- y hace objetos en cerámica: con el alma herida y el orgullo profesional arruinado, es contratada (¿rescatada?) para ayudar en Bolivia a un ex presidente que compite otra vez por el cargo. El señor en cuestión es Castillo, interpretado por Joaquim de Almeida, que hace de político latinoamericano rico, formado en Estados Unidos, y que no tiene populismo para vender ni demasiado carisma para ofrecer. El que sí tiene es el favorito, Rivera, una suerte de Evo tenue, asesorado por Pat Candy (Billy Bob Thornton pelado). Bullock hace un show casi perfecto, pasa de renuente y semi dormida y alterada por la altura a comprometida y feroz, con un entusiasmo que divierte y a la vez nos hace lamentar su demasiado frecuente desperdicio como actriz ¿O alguien realmente se creyó su personaje de Gravedad, o el de Miss Simpatía, o el de Tan fuerte y tan cerca? Bullock, ahora con el rostro más asentado, está como un alambre, tensa, viva, y es extremadamente sexy. Destilado erótico, concentración fotogénica, Bullock encaja acá en el personaje intrépido, bocón, que cuando se desata es un torbellino. Ningún hombre ni mujer ni nadie parece importarle demasiado, salvo ganarle a Pat Candy. Hay un joven voluntario de la campaña que representa “al pueblo” y que sobre el final de la película anclará el relato en la mala conciencia, y será el pivote del fracaso del cierre. Cuando Jane ya ha ganado, y la película tiene que cerrar con amargura, y hasta cinismo, no lo hace, y no entiende jamás la enseñanza del carro y el perrito de Viridiana de Buñuel. Cuando notamos que lo que importa ya terminó -la campaña- y todavía faltan 15 minutos de película, tememos que esos quince minutos sobren. Y sí, efectivamente, el final es una coda de mala conciencia, que quita inteligencia a la película, y hace actuar mal a Bullock con esa mirada “esclarecida” mientras camina por las calles de la protesta. Si se construyó toda la película como una comedia estratégica basada en las mentiras y en el poder del engaño y el valor de la imagen, no había necesidad alguna de terminar con una simplificación batatera. Si que sea una película con producción de actores (la propia Bullock y George Clooney) tuvo algo que ver con la claudicación -al género, al cine, al filo- de los minutos finales, no lo sabemos. Solo sabemos que la película estaba lista y bien concluida con la campaña, con los resultados de esa acción. También notamos que la película incluye, como en La propuesta, que protagonizó con Ryan Reynolds, un elogio destacado al culo de Bullock, en una secuencia festiva que contiene -o libera- el único desnudo de la película, nada menos que de la actriz protagonista y productora ejecutiva (o de su doble). Lo que tiene de positivo el pavoroso final bienpensante es que nos des enamora de Bullock. Bueno, un poco.