Un musical que se encarga de amoldar las canciones de Raffaella Carrá, las más conocidas y otras menos difundidas, que sirven de base para una historia de romance, vocaciones y de lucha contra la censura. El guión de David Esteban Cubero, Eduardo Navarro y el director Nacho Álvarez, engarza cada una de las canciones con una historia que comienza con una novia fugitiva, sigue con los vaivenes del comienzo de otra relación amorosa para la protagonista, pero también desarrolla temas de sueños perdidos, padres abusivos y la lucha contra una censura que en los últimos años del franquismo tenía en la televisión española uno de sus últimos bastiones ultra-conservadores. Con un toque naif y nostálgico, con una paleta de colores brillantes y una coreografía muy al estilo Carrá los números musicales tienen un toque almodovariano que se lleva bien con todos los lugares comunes del enredo de comedias de antaño, actualizados con cierta ironía. Un entretenimiento bien logrado, con una bella sorpresa, que se convierte en un homenaje a la desaparecida estrella. El film se estreno en España y la diva la aprobó desde que era un proyecto.