Apariciones atrapantes hasta que se repiten
Este es uno de esos casos en los que el título argentino resulta bastante más sensato que el original. Es que uno se puede preguntar qué pueden tener que ver unos fantasmas de Georgia con los espíritus de Connecticut que queda tanto más al norte.
En todo caso, en esta secuela del film de 2009 en el que actuaban Virginia Madsen y Martin Donovan, hay un esquema argumental bastante similar, sólo que aplicado a conflictos mas sureños.
Todo empieza con el típico aviso de que ésta es una historia verídica aviso que a esta altura ya nadie puede creer demasiado dada la cantidad de películas de terror basadas en hechos reales-, y luego se ve cómo una familia se muda a una casa que aun quien no tenga mucha experiencia en parapsicología se podría dar cuenta de que está medio embrujada. Así es nomás, y tanto la madre como la pequeña hija de la familia, más la hermana que se muda cerca en su casa rodante, empiezan a ver elementos paranormales, espíritus buenos o malos.
La que mas visiones tiene es la nena, y sus dichos hacen que la familia entienda que están en un lugar especial, ya que la casa formaba parte de lo que se llamaba "el ferrocarril subterráneo", es decir los túneles para liberar esclavos hacia el norte que existían antes de la Guerra de Secesión.
Los espíritus en sí mismos no asustan demasiado, pero la historia es realmente interesante, y al menos hasta avanzada la mitad del film está bien narrada. En esta parte del argumento, no hay muchas escenas realmente aterradoras, pero sí un buen clima sobrenatural.
Luego la historia va decayendo a repeticiones de cosas ya vistas en infinidad de films de terror de temas similares, y la película se alarga demasiado hasta llegar a un desenlace más o menos convincente, aunque no tanto como la primera mitad del film.
Con mejores actores y un guión más contundente, ésta podría haber sido una película de terror realmente eficaz. Así, se puede ver, sobre todo en DVD.