Extrañas apariciones 2 es la demorada continuación del film Invocando espíritus, estrenada en el 2009.
Una película que resultó bastante castigada en las reseñas por algunos lectores de esta web.
En su momento me pareció que no era tan terrible como para matarla y presentó buenas actuaciones de Virgina Madsen, Elias Koteas y Kylle Gallner (Pesadilla).
La nueva entrega no tiene absolutamente nada que ver con el film anterior y brinda otra historia basada en hechos reales sobre fantasmas y fenómenos paranormales.
La verdad que después de lo que fue El conjuro, de James Wan, los productores de Hollywood deberían darle un descanso a esta temática.
De ese modo se evitarían crear fiascos comerciales que ni siquiera son bien recibidos por los seguidores del género.
Esta película presenta un muy buen trabajo en la fotografía, el sonido y las interpretaciones de los protagonistas pero no logra brindar ningún elemento interesante a la hora de tratar estos temas.
El film no le escapó a ningún cliché sobre historias de fantasmas y ahí es donde se viene abajo la propuesta. El que se te ocurra lo encontrás en este estreno.
No falta la familia que se muda a una casa nueva y de repente suceden cosas raras en el lugar. La hija del matrimonio que empieza a comunicarse con espíritus. Los clásicos fantasmitas piqueteros que protestan para denunciar un hecho ocurrido en el pasado, las escenas de flashbacks que explican el origen del mal y los típicos momentos de susto que vimos un millón de veces.
Una lástima porque el film tiene algunos momentos relacionados con los asuntos paranormales que están bien realizados, pero en términos generales es una propuesta que uno borró de su mente media hora después de verla.
Algo que también le jugó en contra a este film es que el director Tom Elkins (editor de Invocando espiritus) muestra con tanta soltura a los fantasmas desde los primeros minutos que a la mitad de la historia terminaron por aburrir. Un detalle que hasta los dibujos animados de Scooby Doo supieran cuidar mejor.
Supongo que aquellos que no se aburrieron todavía con estos relatos y no les importa ver lo mismo de siempre podrán disfrutarla un poco más. Por mi parte insisto, hay que darle unas vacaciones a los fantasmas en el cine.