(O de cómo intentar que Diego Torres actúe en una comedia y sea creíble)
Darle un protagónico en una comedia romántica a un músico que nunca tuvo grandes dotes actorales es una apuesta riesgosa. Y cuando se hace tal apuesta, hay que bancarse la que venga.
Para hacer humor no solo se necesita un buen guión humorístico, se requiere de cómicos o, mejor dicho, de personas que utilicen el humor como forma de expresión, tanto a nivel verbal como físico. La comicidad está en lo que se dice pero principalmente en la persona, en la manera de hablar, de gesticular, de relacionarse con el entorno, en la manera de pararse frente al mundo...