Promover la adopción de niños es encomiable, pero transformar una película en un panfleto sobre el tema quizá sea demasiado. Conmovido por su propia experiencia como adoptante, el director y guionista Sean Anders (Guerra de papás 1 y 2, Quiero matar a mi jefe 2) quiso compartirla con el mundo y el resultado es este edulcorado manual de adopción.
Mark Wahlberg y Rose Byrne interpretan a un matrimonio de cuarentones casi decididos a no tener hijos, cuando se les ocurre que darle un hogar a un niño abandonado puede ser una buena idea. Y terminan adoptando a tres hermanos: una adolescente y dos niños.
Así, vamos recorriendo todas las instancias del proceso junto a ellos: el curso previo para aspirantes a la adopción, el momento de la elección de los chicos, el romance de los primeros tiempos, el choque con la dificultad de criar a niños que llegan con un pasado a cuestas, la terapia grupal para padres adoptivos.
Didáctica, la película enseña casi todo sobre el sistema de adopción (detalle: en Estados Unidos). Cargada de tomas de gente asintiendo conmovida a las verdades que les dicen las asistentes sociales, alterna escenas lacrimógenas con otras de dudosa comicidad. Trata de ser realista al mismo tiempo que transcurre en un mundo ideal, libre de preocupaciones económicas, con casa enorme y 4x4.
Y como si Familia al instante no tuviera suficientes problemas, en la Argentina se enfrenta con uno adicional que es insalvable: su estreno en una horrorosa versión doblada al castellano neutro.