Los locos Blake
Se podría hablar de “híbrido” para definir a la última película de Luc Besson. Pero sería muy bondadoso de nuestra parte. Familia Peligrosa (The family, 2013) es un engendro. Un menjurje entre el cine de mafias y la comedia, que termina por hacernos creer que Analízame (Analyze This, 1999) era una buena película. Y eso es grave.
Robert De Niro vuelve a parodiar a su personaje predilecto, el del mafioso sin piedad, al interpretar a un padre de familia de nombre Fred Blake, que junto a su mujer e hijos deben instalarse con nuevas identidades en un pueblo de Francia como parte del programa de protección de testigos. En su intento por dejar atrás su delictiva vida, delató a más de un capo mafia que le tienen jurada la venganza.
Pero lo divertido -al menos en intención- de la trama es ver a esta familia tipo con germen violento “adaptarse” al pintoresco pueblito francés. Los chicos en la escuela, la madre (Michelle Pfeiffer, en una mezcla de la chica de Scarface con Gatúbela) en el barrio y el padre en sus quehaceres de escritor (su nueva profesión ficticia) que no será otra cosa que la escritura de sus memorias. Su esencia es lo que son, y de forma más brutal –de brutos- que divertida lo demostrarán en sus respectivas actitudes.
El que dirige el programa de protección a la familia es Tommy Lee Jones, otro longevo actor que aquí parece parodiar a su personaje más reconocido, el policía duro y terco, que le valió un Oscar en la película El fugitivo (The fugitive, 1993). Entonces tenemos actores que reencarnan su estereotipo en una comedia que será un guiño tras otro. El problema es que con sólo guiños al espectador no se puede hacer una película: hay que armarla bien, estructurarla.
Se salva la escena que tiene a Robert De Niro invitado por los socios del cine del pueblo para hablar de Buenos Muchachos (Goodfellas, 1990). Divertida pero sin dejar de ser un gag dentro de una trama que intenta por todos los medios ser graciosa y termina siendo ridícula. ¿Por qué? Porque no termina de ser extremadamente paródica, maneja un registro tan al borde del chiste que no logra causar sorpresa ni sentir empatía por la familia de locos.
En este desfile de estereotipos, Luc Besson se olvidó de su figura, acostumbrada al cine de acción donde mejor se maneja o en todo caso a la comedia de acción, pero nunca a la comedia deliberada como en este caso. Y no es novedad, Luc Besson tendrá muy buen pulso para la espectacularidad y las escenas de acción. Pero para lo comedia es un fiasco.