Programa de protección de mafiosos
El director Luc Besson (Nikita, El perfecto asesino, El quinto elemento) se embarcó en el terreno de la comedia y decidió convocar a figuras como Robert De Niro, Michelle Pfeiffer y Tommy Lee Jones. Pero no da en el clavo.
Un mafioso decide abrir la boca y contar todo lo que sabe sobre el hampa neoyorquino a cambio de que la justicia lo deje libre y le permita entrar junto a su familia en el programa de protección de testigos. Y se sabe, cuando uno de los miembros de la mafia se convierte en traidor, más vale que se esconda bien, por lo que Fred (Robert De Niro), su esposa Maggie (Michelle Pfeiffer) y sus hijos Belle (Dianna Agron) y Warren (John D'Leo), residen en el sur de Francia y cada tanto cambian de destino para borrar cualquier posible rastro de su paradero. Instalados en un pueblito, por una casualidad, la pista de su lugar de residencia llega a manos del capo de la Cosa Nostra, que envía a un grupo de sus hombres a eliminar a Fred y a todo su familia.
Desde los años '80, cuando debutó como director, Luc Besson estuvo dispuesto a incursionar en todos los géneros y formatos de coproducción, desde Subway y Azul profundo, pasando por Nikita, El perfecto asesino y El quinto elemento, hasta Angel-A. Ahora se despacha con una comedia híbrida, que abreva en la tradición del cine policial para ironizar sobre sus tópicos y entregar algunas situaciones cómicas a partir del absurdo de una familia delineada desde los estereotipos cinematográficos del imaginario mafioso que por caso, se fue construyendo con los films de Francis Ford Coppola o Martin Scorsese –a propósito, el director de Casino es el productor.
Entonces, mafioso, esposa e hijos se enfrentarán a situaciones cotidianas en un país que no es el suyo, y el grueso registro de Besson marcará las diferencias entre la cultura estadounidense (o la falta de) y la francesa, para que, claro, cada uno de los integrantes de la familia termine arreglando sus asuntos con el mundo exterior con la violencia que se espera de ellos.
Es cierto que hay algunos elementos del film que son rescatables, como la escena de De Niro en el cine club del pueblo en plan de escritor estadounidense (ésa es su identidad ficticia), comentando Buenos muchachos y siempre, siempre es un placer ver a Pfeiffer haciendo lo suyo, pero las vacilaciones del director a la hora de decidirse por el camino de la comedia, negra, irónica, la que sea, la obstrucción que representan varios momentos dramáticos y la suma de escenas de violencia que no terminan de encajar con la ironía que se le quiere dar al relato, hacen de Familia peligrosa una película despareja, anodina y olvidable.