Hay películas o historias que por su forma de ser relatadas logran transmitir una serie de sentimientos más allá de si consiguen o no entretenernos durante la narración. Lógicamente lo óptimo y lo que hace a una gran cinta es cuando llegan a captar nuestra atención, haciéndonos realizar un recorrido introspectivo a la par del relato y nos transforman una vez terminada. “Familia Sumergida” pertenece al primer caso.
En un típico verano porteño, donde el calor abrumador se mezcla con la ausencia de la población; Marcela está en proceso de duelo por el reciente fallecimiento de su hermana y debe lidiar con la casa de ella. En este contexto, aparece un amigo de su hija, mucho más joven que ella, que se propone a ayudarla y así se da una polémica y extraña historia de amor entre ellos mientras el marido de la protagonista, un típico padre ausente, está de viaje. En estos extraños días Marcela se ve interpelada por familiares y anécdotas pasadas que se le aparecen a modo surrealista.
Es muy notoria la influencia de Lucrecia Martel sobre Maria Alché, la realizadora que también actuó en “La niña santa”, con un estilo que logra reflejar lo que es Buenos Aires en verano y la desolación por la que pasa la protagonista, sumado a una buena actuación de Mercedes Morán. El film también parte de una idea más que interesante pero no consigue interpelar al espectador para que se sienta parte de la historia y así mantenerlo atrapado en el relato, sino que por momentos aburre y se siente larga, teniendo una duración de solamente 90 minutos.
El fuerte del film está en lo técnico, que con una gran dirección de arte y fotografía logra meternos en los personajes y en el contexto. El sentimiento de desolación de Marcela se hace sentir acompañado de una música muy acorde a la situación. También a través de distintos planos entendemos, sin que se acuda mucho al diálogo, cómo se va formando la relación entre ella y el joven. Pero lo más destacado es cómo consigue transmitir todo lo que está pasando, un duelo, el vacío y caluroso verano porteño y una relación muy polémica.
En conclusión, “Familia Sumergida” es un film en el cual se nota la influencia estética de Martel, cuyo fuerte está en los aspectos técnicos y artísticos; que, a pesar de ser por varios momentos aburrida, logra llegar al espectador de buena manera.