Volvió José Campusano. No se fue, pero es lo mismo: que se vea Fango, ficción “bruta” que transcurre (como Vil Romance, Vikingo o Fantasmas de la ruta) donde termina el Conurbano y empieza el campo. Hay violencia, hay elementos del policial, hay tragedia de venganza y hay un grupo de tango y rock que desea nacer en medio de tanto caos. Lo de Campusano, un cineasta a contrapelo de cualquier convención, visceral y efectivo, es siempre un acontecimiento. Vaya y descubra a este hijo de Howard Hawks y Armando Bó.