La actriz del peronismo en un manifiesto político de Alfredo Arias e Ignacio Masllorens
Estrenada en la última edición del Festival de Biarritz, donde consiguió el Premio del Público, "Fanny camina" (2021) muestra a la emblemática actriz argentina Fanny Navarro, símbolo del peronismo, en una retrospectiva de su vida, y por ende del movimiento surgido a mediados de la década del 40 alrededor de la figura de Juan Domingo Perón, mientras recorre las calles de una Buenos Aires actual y diáloga con diferentes personajes que formaron parte de su vida.
Fanny Navarro nació en 1930 y se dejó morir en 1971, cuando apenas tenía 51 años. Tuvo un fugaz matrimonio con un bodeguero mendocino, pero terminó asfixiada y lo abandonó al poco tiempo. Alcanzó la gloria a los 34 años y a partir de ahí toda su vida fue en caída libre. Trabajó en radio, teatro y cine. Participó del Festival de Cannes con Marihuana (1951), dirigida por León Klimovsky, fue amante de Juan Duarte y amiga íntima de Evita. Fue la actriz símbolo del peronismo, algo que la llevó a ser perseguida tanto por amigos como por enemigos. Su vida fue un melodrama por definición que el teatro recreó en dos obras magistrales que dialogan con Fanny camina para componer un tríptico histórico y un manifiesto poético sobre el peronismo. Por un lado, Deshonrada de Gonzalo Demaría, también con Alejandra Radano y dirección de Alfredo Arias, y Que me has hecho, vida mía, con dramaturgia de Diego Lerman, María Merlino y Marcelo Pitrola.
La tercera pata de esta trilogía artística, donde confluyen Fanny Navarro y el peronismo, es la primera película del dramaturgo Alfredo Arias, codirigida junto a Ignacio Masllorens, que retrata a una Fanny, personificada por Alejandra Radano, en una Buenos Aires contemporánea. Un diálogo de temporalidades donde el pasado es visto desde el presente y el futuro desde el pasado. La gran apuesta de la película, y que rompe con toda lógica canónica, es la de trasladar los personajes a una época ajena al contexto en que habitan. Fanny deambula como un fantasma, un alma en pena, un espíritu que fue expulsado del infierno y del paraíso a la vez, por una Buenos Aires actual, por sus calles, teatros, bares, una ciudad melancólica, un purgatorio donde busca redimirse de sus pecados y errores, mientras revive un pasado de gloria y decadencia. Durante el peregrinar se encuentra con Eva Perón, en la piel de la artista conceptual Nicola Costantino, Juan Duarte, su amante, el modisto Paco Jamandreu, el actor Esteban Serrador, la actriz y cantante Perla Mux, el general Perón, Apold, un sinfín de personajes que poco a poco irán creando una postal de la mujer, revelando el misterio que la atraviesa, pero también el que atraviesa al peronismo, un movimiento político plagado de contradicciones difíciles de discernir.
Fanny camina resulta una verdadera rareza (y proeza) dentro del cine argentino. No solo por lo que cuenta sino por como lo cuenta. El binomio de directores apela a la multiplicidad de géneros, texturas y formatos, a una imagen en blanco y negro para crear atemporalidad y a una puesta en escena onírica que hibridiza el cine y el teatro en un todo compacto, incluyendo un musical, para construir un film político, biográfico e histórico, alejado de la solemnidad, rebelde en cierto sentido, con matices, donde nada ni nadie tiene la última palabra, y que lejos de la banalidad del espectáculo vernáculo invita a la reflexión (sí, a la reflexión) sobre la argentina de ayer y de hoy más allá del (y de los) personaje(s).