Coco (Daniel Hendler) y su mujer embarazada Pipi (Jazmín Stuart) hacen tranquilos una compra grande en el supermercado, mientras detrás de ellos pasan hordas de personas enloquecidas tratando de comprar lo que pueden. Ajenos en su mundo de confort miran sin ver como la gente corre con lo que puede cargar por la calle, distantes de todo aún antes de que empiece la cuarentena. Es curiosamente el aislamiento forzado lo que permitirá la integración, cuando Coco deje de preocuparse por el servidor caído de Internet para pensar en su bienestar y el de los que lo rodean. Por medio de Horacio (Yayo), un paranoico que toda la vida se preparó para la guerra mundial, él irá interiorizando una situación que no se toma en serio, hasta que la peligrosa realidad le haga tomar conciencia.
Fase 7 es una película única en el país, mezcla de humor y género fantástico con mucho de western, un relato de supervivencia del héroe colectivo ante un mal mayor, aunque ese mal pueda vivir en el décimo piso. Comparte con El Eternauta, la gran historieta argentina de ciencia ficción creada por Oesterheld, mucho más que los trajes aislantes. El héroe no es el habitual, es un hombre común presa de la sociedad de consumo que por circunstancias que no entiende se ve arrojado a una situación desconocida y obligado a actuar en forma heroica. El villano, antes de que aparezcan los extraterrestres en la historieta, es gente como él, hombres corrientes que necesitan sobrevivir, reduciendo la civilización a la ley de la jungla. Finalmente el espacio es un componente importante, al desarrollarse la acción en lugares conocidos o familiares, ambos relatos se encuentran en el mundo de lo posible, se vuelven más realistas.
A la pareja que protagonizó Los Paranoicos y demostró tener buena química, se suman un Yayo Guridi diferente y efectivo, así como un gran Federico Luppi y su peligroso Zanutto, creando un muy buen ensamble en pantalla. La ópera prima de Nicolás Goldbart es una película ideal con dosis justas de comedia y acción. Partiendo de la Gripe A que afectó a la Argentina en 2009 y la paranoia que esta despertó, el director escribió en quince días algo completamente ajeno a la filmografía nacional y lo pudo llevar adelante, ganando en el camino el premio al mejor guión en el Festival Internacional de Cine Fantástico en Sitges. Si bien falta un poco del vértigo que el tráiler impone, ese ritmo menor permite un mejor desarrollo de los personajes y la construcción de algunas escenas verdaderamente geniales, sin dejar que decaiga en ningún momento. Se desarrolla así una historia apocalíptica prácticamente sin recurrir a efectos especiales, logrando un trabajo impactante sin necesidad de grandes presupuestos. El cine de género tiene lugar en el país y Fase 7 es la prueba de ello, esperemos que de ahora en adelante sean más los dispuestos a asumir el riesgo.