Parodia pandémica
¿Quiénes no recordaremos aquella época no muy lejana en que la paranoia de la Gripe A era tal que estornudar o toser en público era como hablar en ruso en pleno Washington durante la guerra fría?. Nicolás Golbart, un joven realizador más conocido por su tarea de montajista de grandes títulos como El Bonaerense o Mundo Grúa, ahora toma el cargo dirigiendo y escribiendo una historia arriegada para el siempre difícil espectador argentino. Fase 7 parte ya de la exageración de su título (recordemos que entonces las fases eran 6) para contarnos la historia de un matrimonio en la dulce espera que tras una obligada cuarentena por una pandemia global debe convivir con sus vecinos de edificio encerrados por tiempo indeterminado. Y cuando los víveres parecen ir escaseando la cosa se pone dura y lo que empezó dentro de un marco de comicidad, termina siendo una muy buena apuesta al cine de género.
Irónica y paródica a más no poder, este film apela a cuanto guiño podamos pensar (desde una famosa plaqueta roja de crónica TV hasta los numerosos inconvenientes a los que los argentinos nos veríamos sometidos si algo así ocurriese) para terminar siendo un producto realmente divertido y muy bien hecho. Cuesta no recurrir siempre al mismo argumento sobre lo genial que es ver un film nacional que ,a pesar de no manejar los presupuestos que manejan otras tierras, es realmente atractivo visualmente y que además tiene una edición de sonido fantástica- aplausos para Martín Grignaschi. Y si hablamos de sonido, imposible no nombrar a Guillermo Guareschi, encargado de la música, quien le da por momentos sabios toques de humor con sus ritmos al mejor estilo western y otros en los que marca la tensión que se vive en este claustrofóbico film.
A pesar de lo mucho que se la quiera comparar con otros films de temática similar, Fase 7 sale más que airosa en una historia personal sobre la exageración de una paranoia puntual en la que varios podrían verse reflejados; y si se quiere ahondar más hasta podríamos encontrar muchas razones para ponernos a reflexionar sobre las distintas formas de hacer frente a una situación extrema determinada.
Spoiler (dale al scroll si ya la viste)
Por ejemplo, hacia el final de la cinta vemos a Horacio y Coco salir a la calle. Mientras están buscando provisiones dentro del móvil sanitario, un auto llega al lugar y bajan unos saqueadores que se meten al edificio. Coco reacciona entrando al lugar desesperado con arma en la mano mientras Horacio herido intenta seguirlo como puede hasta quedar en la puerta de entrada. Entonces vemos salir a los saqueadores desarmados y con las manos en alto mientras Coco, cual nuevo sherif del lugar los apunta escoltándolos hacia la calle. Nadie dudaría que Horacio, según declarara antes, les hubiera metido un tiro en la frente.
Y por si a alguno le quedan dudas, las actuaciones son realmente destacables; sobre todo la de Yayo Guridi, a quien acostumbrados a verlo en un mismo papel sorprende realmente al espectador en el papel de Horacio, un paranoico que le hace competencia al mismísimo Jerry Fletcher y quien, a pesar de no ahorrar en alguna que otra postura propia, sale excelentemente parado en su debut dentro de la pantalla grande junto a nada más y nada menos que Daniel Hendler, uno de los actores que más ha crecido en el cine argentino últimamente. Federico Lupi al mejor estilo viejo Eastwood, aporta con el personaje de Zanuto el broche de oro de un trío que será ya de culto para más de uno.
Golbart promete. Hace una entrega más que aprobada para una ópera prima en un género que no es fácil, regala escenas que son de antología- la del estacionamiento por ejemplo- y que a más de uno toma por sorpresa pues nada tendría que envidiarle a otras de su estilo. Arriesgada, visualmente muy cuidada, bien actuada. ¿Qué más se puede pedir?