A romper paradigmas.
El conocido manual de psiquiatría DSM4 define a Fausto Celave como una persona con autismo; gran parte de los médicos que lo atendieron durante su infancia decretaban que su autismo iba a alejarlo de la posibilidad de interacción con otros. Sin embargo, su familia optó por acompañarlo tanto desde el afecto como desde la infraestructura necesaria para que Fausto se desarrollara en la medida de sus posibilidades y rompiera durante ese largo proceso de aprendizaje estructuras monolíticas y pensamientos que primero miran la enfermedad antes que la persona.