Siempre se puede
El caso de Fausto, el primer joven con autismo en ingresar a una Universidad argentina.
La historia de Fausto es única, porque es el primer joven con autismo que ingresa como alumno a una Facultad. Fausto tiene el síndrome de Asperger, por lo cual puede relacionarse y hablar con sus pares con menos esfuerzo que otros seres con la misma enfermedad, pero igualmente necesita el apoyo de sus terapeutas en la Universidad de La Plata, no para ayudarlo en el aprendizaje “sino para socializar”, como esgrime una terapeuta.
Fausto también se estrena la misma semana que -este sábado- se realiza una jornada anual de concientización sobre autismo, con reunión en la Plaza de Mayo. Si el propósito de la opera prima de Juan Manuel Repetto fue el de dar a conocer su caso y ayudar a comprender qué es esta enfermedad que cada día padecen más recién nacidos, y que no tiene cura, pero sí tratamiento, es cierto que lo logra. Tanto como que apela a algunos lugares comunes.
El testimonio del doctor Christian Plebst es tan valioso como el de la madre de Fausto o sus terapeutas. Para quienes están fuera del tema, la película les da un pantallazo para comprender la problemática y entender qué pasa por la cabeza de la gente con autismo.