Anécdotas sobre un grande
Documental en el que quienes trabajaron con el director se refieren a él.
En 2009, Alejandro Venturini le hizo una entrevista a Leonardo Favio para un sitio web que nunca se concretó. A partir de esas grabaciones nació Favio, crónica de un director, que recorre la filmografía de quien suele ser considerado el mejor cineasta argentino de la historia.
Sin seguir un orden cronológico, la película está estructurada alrededor de los testimonios de actores, guionistas, musicalizadores y demás colaboradores que Favio tuvo a lo largo de los años. Y de la voz del propio director, rescatada -no con la mejor calidad sonora- de aquella entrevista inédita. Es un documental de especial interés para gente de cine, porque más que ahondar en la biografía del director, profundiza -quizá demasiado- en detalles técnicos de sus rodajes.
Como suele ocurrir cuando hay “cabezas parlantes”, el interés se incrementa o decae de acuerdo a la pericia oratoria de los entrevistados. En este sentido, hay dos grandes sostenes. Uno es Zuhair Jury, hermano de Favio y guionista de la mayor parte de sus películas, que cuenta con voz hipnótica las anécdotas más jugosas. Y el otro es Edgardo Nieva, protagonista y factótum de Gatica, el mono, que aporta el relato más emotivo de todos.