De su turbulenta infancia en Luján de Cuyo, Mendoza, hasta el retorno a ese pueblo pequeño mediante la danza, la música y la escenografía en Niceto, el realizador Alejandro Venturini aborda la vida de Leonardo Favio como un ciclo que se abre y cierra de manera coherente. Junto a testimonios de rigor del genial director (en audio) y fragmentos de una entrevista a Zuhair Jury, su hermano guionista y coprotagonista oculto fundamental de la gran aventura Favio, lo bueno del film es que machaca todas las obsesiones del autor de El dependiente: el peronismo, la patria chica, la soledad, la lucha por emerger de la pobreza, la solidaridad. Hay quizás elementos innecesarios, al borde del mal gusto (aunque el “buen gusto” en Favio adquiere extraordinaria subjetividad), como el testimonio de Juan José Camero, Graciela Borges y otros actores repitiendo líneas de sus personajes sobre el audio original. Es interesante el rescate del rol de la música en los films de Favio y es conmovedor el recuerdo del actor Edgardo Nieva respecto de la filmación de Gatica. En el balance, un documental bienvenido sobre una figura fundamental del cine.