Único, personalísimo, inimitable. Con testimonios muy valiosos – su hermano, Zuhair Jury, y actores y directores que trabajaron con él o lo conocieron bien: Graciela Borges, Juan José Stagnaro, Edgardo Nieva, Juan José Camero, Eliseo Subiela-, más sus palabras y su cine, este documental funciona como rico homenaje a Leonardo Favio. El cineasta visceral, intuitivo, de talento volador, inspirado tanto en el cine que vio como en su propia experiencia: Favio conocía, y amaba, las cosas sobre las que filmaba, como aseguran varias voces en la película. El director, Alejandro Venturini, consigue con estos materiales transmitir la pasión de quien fue uno de los más grandes artistas argentinos y, sin duda, uno de los mayores cineastas de nuestra historia.