Los animales son los verdaderos protagonistas de esta película
Los estudios Walt Disney fueron los pioneros en la realización cinematográfica de documentales acerca de la naturaleza, y entre 1949 y 1960 produjeron 13 films de ese género que le valieron ocho galardones de la Academia de Hollywood. Estos exitosos antecedentes impulsaron a sus responsables a proseguir por ese camino hasta llegar ahora a Felinos de Africa , una verdadera historia épica situada en uno de los lugares más salvajes de la Tierra.
El film captura el amor, el humor y la determinación de los majestuosos reyes de la sabana africana, y la historia se apoya en las aventuras de Maya, una encantadora cachorra de león que intenta crecer con el espíritu, la fortaleza y la sabiduría de su madre; Sita, una valiente guepardo hembra que acaba de dar a luz cinco traviesas crías, y Fang, un líder orgulloso que debe defender a su familia de un feroz león y de sus cachorros. Estos protagonistas vivirán peligrosas aventuras en esa tierra hostil al hombre, y deberán defenderse de los depredadores que desean luchar para conservar un sitio en esa planicie que es dominada por los felinos, y así aparecen los búfalos, los cocodrilos y los rinocerontes siempre dispuestos a enfrentar a esas familias de garras y dientes permanentemente dispuestas a las peleas más sangrientas.
El film, rodado durante casi dos años en la enorme extensión de la reserva Masai Mara, de Kenya, cautiva por la ternura de los felinos que enseñan a sus crías no solamente a caminar, sino también a protegerse de los enemigos y a buscar alimentos.
Los directores Keith Scholey, que nació en Africa filmó muchos documentales allí para la BBC, y Alistair Fothegill, un enamorado de las bellezas naturales, unieron sus fuerzas, su perseverancia y su paciencia para lograr algo más que un documental, ya que no sólo se propusieron fotografiar a las familias de los leones en su hábitat natural, sino que supieron armar una trama en la que ellos demuestran sus comportamientos familiares, su pasión por proteger a sus crías y su audacia sin límites para sobrevivir en medio de tantos peligros que acechan desde los lugares más inesperados.
Bella en su fotografía y tierna en su banda musical, Felinos de Africa abre los ojos a un mundo casi desconocido por el hombre, a un mundo en el que los animales son reyes y señores de esas sabanas interminables azotadas por las lluvias, el frío o el abrumador calor. Rodar este relato fue, sin duda, un gran desafío que se impusieron tanto los directores como el equipo técnico. Un desafío que permitió, en definitiva, lograr un film de enorme emotividad que muestra con amor y fuerza la vida salvaje de esos reyes de la selva.