Manteniéndose vivo
¿Se puede comenzar una reseña contando cómo casi no llego a la función porque me confundí de cine, y me sentí casi igual que la protagonista, con un deja vú de las miles de veces que tuve que tomar un taxi corriendo para llegar a algún lado por una inexplicable confusión? ¡Sí! Obvio.
Basada en los personajes creados por Scott Lobdell y guionada y dirigida por Christopher B. Landon, Feliz día de tu muerte 2 no solo me dio todo lo que esperaba luego de la primera película; me entregó más. Dobla la apuesta con una brillante vuelta de tuerca, se renueva dando una explicación al origen de las situaciones que la protagonista atraviesa desde el inicio del film original, inmersa en un loop del que no puede salir, salvo…muriendo.
En esta nueva recreación de la idea de un bucle temporal que es necesario cerrar, retratada magníficamente en El día de la marmota, se logra con la misma eficacia pero mayor juego en función de la imaginación del espectador; el desarrollo es genial, el guion tiene una construcción excelente y no abandona el humor. Al contrario, lo reutiliza como herramienta narrativa y refuerzo de resolución de las situaciones.
Aparecen nuevos personajes que dan un toque justo y sirven para explicar la nueva dirección de la historia, cambiando al principio el eje pero retomando luego y recuperando el sentido de la primera entrega.
Es una película sin pretensiones y al despojarse de ellas eleva su calidad y su carácter. Es uno de los tipos de producciones que no pecan de snobs y entregan entretenimiento bien entendido, para fans, para nerds, tal vez. Entretenimiento, lo que parece ser casi una mala palabra, como si el hecho de la diversión a la hora de ir a una sala de cine fuera un pecado mortal del que hay que despertarse cada vez…luego de morir; para despertar a la realidad y modificar la historia.
Una excelente película que redobla la apuesta, modificando las reglas y el género y otorgando al espectador mucho más de lo esperado para una secuela de este tipo.
Calificación. 10.
Calificación: 10. ¿Acaso no lo dije antes?