Rito de pasaje tratado con especial sutileza
Los dos adolescentes se llaman Juan Pablo. Uno es blanquito, delicado, solitario, escribe pensamientos de confusa poesía en una libreta, y le dicen Juanpi. El otro es mestizo, bien moldeado, sociable, trabaja en un taller mecánico y le dicen Juano. Un fin de semana, el primero va a la hacienda de los tíos, en las afueras de Quito, y conoce al otro. De algún modo confuso lo salva de ser apaleado por unos matones que cuidan los autos. Más adelante el otro lo lleva a una cascada escondida en la selva. Y el primero lo lleva a su edificio.
En realidad no pasa nada. El chico es bastante confuso y el otro prefiere las chicas. Lo que no impide que, hasta por ahí nomás, le tenga cierta consideración. El conflicto es tratado con especial sutileza, y entremezclado con varios personajes aledaños: una jovencita pícara, La Flaca, que no debe estar tan flaca (Manuela Merchán, a tener en cuenta), un primo gordo y prepotente de pocas luces, un criollo viejo capaz de meterse donde no conviene para rescatar de los matones a un preso apaleado, una morochita bien dispuesta que elogia el cabello del Juanpi diciéndole "pareces argentino, o algo así, pero apenas advierte que no tiene nada más para elogiarle ya le dice otra cosa medio fea, y unos tíos poco agradables.
Estos últimos están pintados de forma demasiado esquemática. Solemnes hasta en una fiesta de carnaval, haciéndose las víctimas, representan lo peor de la clase alta, justo en uno de los peores momentos de la historia ecuatoriana: el del feriado bancario de marzo de 1999, cuando la crisis financiera sepultó al sucre en beneficio del dólar. La ambientación en esa fecha, sin embargo, no tiene ningún peso en los protagonistas, y casi ninguno en el conjunto de la historia, salvo, quizá, como metáfora de un mundo patas para arriba. Así lo ve el chico, de puro gusto, en lo alto de su terraza, así pasa en lo íntimo de sus sentimientos, y así queda para los tíos, al menos hasta que puedan reacomodarse.
Opera prima de Diego Araujo, egresado de San Francisco, Florida y Bergen, y durante varios años editor de MTV en EE.UU., "Feriado" cuenta con participación argentina a través del Cepa, Centro de Estudios para la Producción Audiovisual, que proveyó un puñado de técnicos. Entre ellos, el editor Julián Giulianelli, la maquilladora Cecilia Larrea, y, en el área de sonido, Miren Begoña Cortázar, Martín Litmanovich, Lucas Page, Francisco Pedemonte, Sebastián Sonzogni. En buena sala, se oye bien.