Es navidad y en otros cielos, la pirotecnia brilla. En otras casas, las familias comparten la cena, brindan y se abrazan. No en la de Fidel que está solo con su caballo y lo acaricia. Uno a otro se acompañan, son refugio y esperanza.
Fidel, Niño Valiente (Fidel Mita’í Py’a Guazú, Mario Verón) se nutre de los pequeños momentos de inocencia para construir un relato de un niño jinete que se ve obligado a abandonar su Paraguay natal junto a su hermano para trabajar como peón en Misiones y así lograr una ayuda económica para llevar a su madre que lo espera del otro lado de la frontera. El relato avanza entre el documental y la ficción como si fueran dos terrenos sin alambre divisorio.