Más ridículo que divertido
Alguien debe haber pensado que alcanzaba con juntar a algunos de los mejores comediantes de hoy para actualizar el escenario poco original pero siempre divertido de una alocada fiesta navideña de una empresa a punto de cerrar sus puertas. Sin embargo, el oficio de Jason Bateman, T. J. Miller, Olivia Munn, Jennifer Aniston y Kate McKinnon, entre otros, no logra salvar a esta película de sus propias deficiencias. Un guión que supone que zafado equivale a procaz y en el que los chistes de inodoro (casi literales) aparecen editados con tan poco cuidado como la lógica interna de la historia. Por momentos, el afán de incluir cierta emoción resulta en una sensiblería cercana al ridículo.