Fin de semana exhibe un relato sobre un re-encuentro familiar forzado a partir de un duelo. Carla (María Ucedo) regresa a Córdoba luego de muchos años para reencontrarse con la joven Martina (Sofía Lanaro) y acompañarla en los tiempos difíciles. Sin embargo, ésta última deja bien en claro que esa ausencia marcó algo y que la distancia entre ellas es inevitable.
A la vez, Martina mantiene una relación secreta un tanto agresiva con un antiguo vecino, cuasi pariente. Carla no sabe como acercarse a ella, pero al descubrir esto, rápidamente intenta frenar la relación.
La película de Moroco Coleman no aclara demasiadas cuestiones. En ningún momento se explicita cuál es la relación entre las dos mujeres, pero intuímos que se trata de una madre, que a partir de una separación, se alejó de su hija y de su cuidad y se dirigió a Buenos Aires. En el presente la confrontación es difícil y compleja, ya que Carla nota que Martina ha avanzado -aunque no como a ella le hubiera gustado- en su vida y maduración, y que realmente no la necesita. Anoticiada de esto, se escapa a una fiesta a la que toma como forma de canalizar sus angustias y frustraciones.
Mediante un excelente trabajo en fotografía -con participación del gran Fernando Lockett, junto a otros DF-, Fin de Semana plasma a la perfección esa sensación de incertidumbre en torno a un duelo pero también en torno al crecimiento y a esa aparente necesidad de un plan o proyecto de vida.