Desde hace años que una nueva generación de cineastas de la provincia de Córdoba llegan con sus creaciones no sólo a Buenos Aires sino al mundo. Proveniente de la arquitectura y de la música (fue un reputado DJ durante los ’90), Moroco Colman es uno de los representantes más recientes, y también uno de los más atrevidos. Al menos, así lo demuestra en Fin de Semana (2016)
Debido a lo que parece haber sido una pérdida humana, Carla (María Ucedo) viaja a Villa Carlos Paz, Córdoba, para reencontrarse con Martina (Sofía Lanaro). Este vínculo, nunca especificado, entre las dos mujeres de diferentes edades (Carla, ya madura, y Martina, de veintipico) es tenso al principio, pero de a poco irán recuperando algo que alguna vez fue, ¿o acaso fortaleciendo un lazo que nunca se había dado? Por lo pronto, ambas viven con una angustia que las lleva a canalizar sus penas en determinados excesos.
La ópera prima de Colman -que, según el director, no tiene mucha más relación con el cortometraje homónimo de su propia autoría que estrenó en 2009- es un drama intenso, cargado de misterio, donde es el espectador quien debe unir los puntos para completar el todo. El nivel de honestidad del realizador a la hora de plasmar la intimidad de los personajes lo lleva a mostrar situaciones sexuales de fuerte impacto. La de Martina con su “amigo” (Lisandro Rodríguez) es de carácter masoquista, con un nivel de crudeza destinado a incomodar.
Otro de los puntos fuertes reside en la estética, y para eso Colman recurrió a tres directores de fotografía: Gustavo Biazzi, Fernando Lockett y Pablo González Galetto. Lejos de responder a un capricho, cada uno se desempeña en diferentes secuencias, a fin de transmitir mediante la luz y el encuadre el estado de ánimo de los personajes.
Y hablando de personajes, María Ucedo y Sofía Lanaro llevan adelante la película, en actuaciones de gran exigencia física y mental. Ambas cargan con una sensualidad lejos de toda convención, pero con un encanto que las hace únicas. Completan el elenco, en intervenciones breves pero puntuales, Eva Bianco y Jean Pierre Noher.
En su ahora faceta como cineasta, Moroco Colman se diferencia de las propuestas de sus coterráneos y demuestra que tiene las condiciones para ser un autor a seguir.