Retrato convencional de una mujer poco convencional
Florence Foster Jenkins (Meryl Streep) es una acaudalada dama de la alta sociedad en la Nueva York de los años 40, casada con St Clair Bayfield (Hugh Grant). Su segundo esposo y manager, un día decide que sus aptitudes para la ópera deben ser escuchadas y para eso contratan a un brillante pianista llamado Cosme McMoon (Simon Helberg), pero el problema es que Florence tiene una voz horrible y no puede cantar, pero eso no impedirá que logre concertar un show en el Carnegie Hall, a regañadientes de su esposo y su pianista.
Stephen Frears, director de películas como la excelente Alta fidelidad (High Fidelity, 2000), La Reina (The Queen, 2006) y Philomena (2013) parece encontrarle el tono a este tipo de películas, dramas o comedias dramáticas con el punto justo de emotividad y comedia. En este caso se podría decir que, aunque basada en hechos reales, es una remake de la película francesa Margueritte (2015)
Lo que más sostiene a la película son las actuaciones: Meryl Streep no brilla pero jamás pierde esa chispa que tiene Florence. Simon Helberg es un adorable pianista el cual no sabe bien si está metido en una farsa, pero quien más se destaca es Hugh Grant, es el que mejor está como el esposo de Florence que a pesar de amarla no se anima a decirle sobre su habilidad para la ópera y tratará de que se lleve a cabo su concierto sin que salga lastimada en su honor.
En los rubros técnicos hay dos puntos fuertes, uno es la dirección de arte que hace posible esa Nueva York de los 40’ a punto de terminar la Segunda Guerra Mundial; el segundo viene por la música del ganador del Oscar Alexandre Desplat (pueden escuchar ACÁ nuestra playlist dedicada al compositor), quien ya ha colaborado con el director en Philomena y La Reina y desde El fantástico Sr Zorro (Fantastic Mr Fox, 2009) también colabora con Wes Anderson (es con El gran Hotel Budapest (Grand Hotel Budapest, 2015) de este director con la que logró ganar la estatuilla.
Florence la “Mejor” peor de todas está correcta pero no atrae lo suficiente, aunque la combinación de humor y drama está muy bien lograda.